Tradición e idiosincrasia detrás del escudo del FC Barcelona

Tradición e idiosincrasia detrás del escudo del FC Barcelona

Escrito por: Marc    18 octubre 2019     4 minutos

El lema més que un club, que ha lucido en más de una camiseta de la marca Nike, define en unas pocas palabras al club catalán, que tiene una filosofía futbolística muy arraigada y que fluye por toda la institución. En todas sus categorías, se enseña un mismo concepto futbolístico, moldeando al jugador para que esté preparado en cualquier momento para dar el salto al primer equipo. Así, los canteranos tienen una facilidad pasmosa para asimilar los conceptos tácticos en comparación con los que llegan de fuera. De hecho, no todos encajan en un sistema táctico que está por encima de las individualidades. Ahí están los ejemplos de Philippe Coutinho y de André Gomes, que recientemente han salido por la puerta de atrás.

Todo empezó con Cruyff

La historia del Barcelona cambió para siempre en 1973 al firmar el verano de aquel año a un tal Johan Cruyff. El conjunto catalán fichó al jugador que revolucionó el club y lo llevó a otra dimensión. Contribuyó sobre manera a que este empezase a tener un estilo definido y reconocible, aunque fue en su época de entrenador, entre 1988 y 1996, donde terminó por implantar la misma idea que mamó de cuna en el Ajax. El Barça hizo propio el 4-3-3 y lo aplicó no solo al conjunto profesional, sino a toda la cadena de equipos.

El alumno superó al maestro

Entre sus discípulos, Cruyff tuvo a Pep Guardiola, quien más adelante supo aplicar en el banquillo culé aquellas enseñanzas e incluso superar en cuanto a juego, títulos y resultados a su maestro. El estilo, principalmente, se basa en el control del juego desde la posesión del balón, con una presión alta sobre el rival cuando no se tiene. Algunos de los que triunfaron con Guardiola siguen en la plantilla, otros dijeron adiós por la edad u otras circunstancias; y ese vacío lleva tiempo en cubrirse. Además, no ha vuelto a brotar una generación tan determinante como la de Leo Messi o la de Xavi Hernández, por lo que ha tocado recurrir al talento foráneo con luces y sombras en este apartado. Jugadores con gran cartel internacional como Coutinho o Gomes no terminaron por encajar, porque en el Barça no hay individualidades más allá de Messi. El resto debe jugar para el argentino en el Camp Nou, algo más que un templo futbolístico para sus aficionados y seguidores, y a domicilio.

Escuderos al servicio de Messi

Lionel Messi

Otras estrellas mundiales como David Villa y Neymar, en cambio, sí supieron dejar de lado los egos y correr para Messi por el bien colectivo. Ese papel de escudero lo encarna ahora Luis Suárez y está por ver si Antoine Griezmann, quien ya se ha estrenado como goleador oficialmente, sirve para el papel como Frenkie de Jong para el de heredero de Xavi, es decir, el de director de orquesta. La combinación del talento de los tres junto al de Messi puede devolver al Barça a reinar en Europa y debería ser más que suficiente para retener el trofeo de LaLiga Santander. Es más, los azulgranas figuran como grandes favoritos a la corona en las cuotas de Betway, muy por delante del Real Madrid y del Atlético de Madrid. A fecha de 17 de octubre, las opciones del Barça de salir ganador de LaLiga se pagan a 1,72 frente a una cuota de 2,62 que respalda la candidatura blanca. No obstante, ya lo dijo Messi en la pretemporada. El objetivo es luchar por la Champions League.

A falta de saber si se concreta el retorno de Neymar, el Barça ha armado un bloque muy competitivo en todas las líneas. Además, algunos como Arthur o Clément Lenglet han dado un inesperado paso adelante, asumiendo en poco tiempo más galones de los que estaban destinados a cargar y eso da plus al equipo sobre el campo. Y ante tantos jugadores de nivel alrededor de Messi, se augura un final de 2019 con partidos incluso más espectaculares de los que nos dejó el 2018.

La temporada no ha hecho más que empezar, pero en estos primeros compases el actual Barça de Ernesto Valverde se asemeja mucho más que el de los dos cursos anteriores al que marca su historia, tradición e idiosincrasia. El balón, a través de los pies de De Jong, vuelve a ser el protagonista y las estrellas se sacrifican para que Messi brille por encima del resto.


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